DEMENCIAS

La demencia no es una enfermedad específica sino, más bien, un término general para referirse a una alteración de la capacidad para recordar, pensar o tomar decisiones, que interfiere en la realización de las actividades de la vida diaria. La enfermedad de Alzheimer es el tipo más común de demencia. Si bien la demencia afecta principalmente a los adultos mayores, no forma parte del envejecimiento normal.

¿Qué tan común es la demencia?

Entre las personas que tienen por lo menos 65 años de edad, se estima que en el 2014 hubo 5.0 millones con demencia, y se proyecta que para el 2060 la cifra estará cerca de los 14 millones.

¿No es la demencia una parte común del envejecimiento?

No, muchos adultos mayores viven su vida entera sin presentar demencia. El envejecimiento normal puede incluir el debilitamiento de los músculos y los huesos, el endurecimiento de las arterias y los vasos sanguíneos, y algunos cambios en la memoria relacionados con la edad que podrían manifestarse de la siguiente manera:

  • Perder las llaves del auto de vez en cuando
  • Tener dificultad para encontrar una palabra, pero recordarla después
  • Olvidarse del nombre de una persona conocida
  • No acordarse de los hechos más recientes

Normalmente, los conocimientos y las experiencias que se adquirieron a lo largo de los años, los viejos recuerdos y el idioma se mantendrían intactos

¿Cuáles son los signos y síntomas de la demencia?

Como demencia es un término general, sus síntomas pueden variar ampliamente de una persona a otra. Las personas con demencia tienen problemas con lo siguiente:

  • Memoria
  • Atención
  • Comunicación
  • Razonamiento, criterio y resolución de problemas
  • Percepción visual, más allá de los típicos cambios en la vista que están relacionados con la edad

Los signos que podrían indicar demencia incluyen:

  • Perderse en un vecindario conocido
  • Usar palabras inusuales al mencionar objetos conocidos
  • Olvidarse del nombre de un familiar o amigo cercano
  • Olvidarse de viejos recuerdos
  • No poder completar tareas de manera independiente

¿Qué aumenta el riesgo de demencia?

  • Edad
    El mayor factor de riesgo conocido de la demencia es el aumento de la edad; en la mayoría de los casos afecta a personas de 65 años o más.
  • Antecedentes familiares
    Quienes tengan padres o hermanos con demencia tienen más probabilidad de presentar ellos mismos esta enfermedad.
  • Raza/grupo étnico
    Las personas afroamericanas de mayor edad tienen el doble de probabilidad de presentar demencia que las personas de raza blanca. En las personas hispanas, la probabilidad es 1.5 veces mayor que en las personas de raza blanca.
  • Salud deficiente del corazón
    La presión arterial alta, el colesterol alto y fumar aumentan el riesgo de demencia si no se tratan de forma adecuada.
  • Lesión cerebral traumática
    Las lesiones en la cabeza pueden aumentar el riesgo de demencia, especialmente sin son graves o suceden en forma reiterada.

¿Cómo se diagnostica la demencia?

Un proveedor de atención médica puede realizar pruebas de atención, memoria, habilidad para resolver problemas y otras capacidades cognitivas con el fin de determinar si hay algo preocupante. Un examen físico, los análisis de sangre y los estudios de imágenes cerebrales, como las tomografías computarizadas (TC o CT, por sus siglas en inglés) o las imágenes de resonancia magnética (IRM o MRI, por sus siglas en inglés), pueden ayudar a determinar la causa subyacente.

¿Cuáles son los tipos de demencia más comunes?

  • Enfermedad de Alzheimer. Esta es la causa más común de la demencia y a la cual se deben entre el 60 y el 80 por ciento de los casos. Es provocada por cambios específicos en el cerebro. El síntoma característico es tener dificultad para acordarse de hechos recientes, como una conversación ocurrida hace unos minutos o unas horas, mientras que la dificultad para acordarse de los recuerdos más lejanos ocurre más adelante en la enfermedad. Los otros motivos de preocupación, como la dificultad para caminar o hablar, o los cambios en la personalidad, también aparecen más tarde. Los antecedentes familiares son el factor de riesgo más importante. Tener un pariente de primer grado con la enfermedad de Alzheimer aumenta entre un 10 y un 30 por ciento el riesgo de presentarla.
  • Demencia vascular. Aproximadamente el 10 por ciento de los casos de demencia están vinculados a accidentes cerebrovasculares u otros problemas relacionados con el flujo de sangre al cerebro. La diabetes, la presión arterial alta y el colesterol alto también son factores de riesgo. Los síntomas varían según sea el área del cerebro afectada y su tamaño. La evolución de la enfermedad se da en forma escalonada, lo cual significa que los síntomas empeorarán repentinamente a medida que la persona tenga más accidentes cerebrovasculares o accidentes isquémicos transitorios (pequeños accidentes cerebrovasculares).
  • Demencia con cuerpos de Lewy. Además de los síntomas más típicos, como la pérdida de la memoria, las personas con esta forma de demencia pueden tener problemas de movimiento o equilibrio, como rigidez o temblores. Muchas personas también presentan cambios en su estado de alerta, como somnolencia durante el día, confusión o ausencias. También pueden tener dificultad para dormir a la noche o presentar alucinaciones visuales (ver personas, objetos o formas que en realidad no está allí).
  • Demencia frontotemporal. Este tipo de demencia con mayor frecuencia provoca cambios en la personalidad y el comportamiento debido a la parte del cerebro que afecta. Las personas que tienen esta afección pueden hacer cosas que los avergüencen o comportarse de un modo inadecuado. Por ejemplo, una persona que solía ser prudente podría hacer comentarios ofensivos y no cumplir con sus responsabilidades en casa o en el trabajo. También podría tener problemas con las destrezas del lenguaje, como hablar o comprender.
  • Demencia mixta. A veces en el cerebro se presenta más de un tipo de demencia, especialmente en las personas de 80 años o más. Por ejemplo, una persona podría tener la enfermedad de Alzheimer y demencia vascular. No siempre es evidente que una persona tenga demencia mixta ya que los síntomas de uno de los tipos de demencia podrían notarse más o podrían coincidir con los síntomas del otro. La evolución de la enfermedad podría ser más rápida que cuando se tiene un solo tipo de demencia.
  • Causas reversibles. Las personas con síntomas de demencia podrían tener una causa subyacente reversible, como el efecto secundario de un medicamento, una mayor presión en el cerebro, una deficiencia vitamínica o un desequilibrio de la hormona tiroidea. Los proveedores médicos deberían hacer pruebas de detección para determinar si hay causas reversibles en pacientes con síntomas de demencia.

¿Cómo se trata la demencia?

El tratamiento de la demencia depende de la causa subyacente. Las demencias neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer, no tienen cura, si bien hay medicamentos que pueden ayudar a proteger el cerebro o manejar los síntomas como la ansiedad o los cambios del comportamiento. Las investigaciones para el desarrollo de más opciones de tratamiento están en curso.

Llevar un estilo de vida saludable, que incluya hacer ejercicio con regularidad, alimentarse de manera saludable y mantener los contactos sociales, reduce las probabilidades de presentar enfermedades crónicas y podría reducir la cantidad de personas con demencia.

¿Qué hacer si un ser querido sospecha que tiene demencia?

  • Hable con su ser querido. Hablen acerca de consultar pronto a un proveedor médico sobre los cambios observados. Hablen sobre el tema de manejar y siempre llevar una identificación.
  • Evaluación médica. Vaya a un proveedor con el que se sienta cómodo. Pregunte acerca del examen anual de bienestar de Medicare.
  • Reunión familiar. Comience a planear y a reunir documentos, como las directivas para la atención médica, poder notarial para la atención médica, el plan de herencia.

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        El DSM es el manual que utilizamos los Profesionales de la Salud Mental para clasificar los trastornos. 

                       
                  ¿QUÉ DICE EL DSM SOBRE LA DEMENCIA O TRASTORNO NEUROCOGNITIVO MAYOR?

Trastorno neurocognitivo mayor O DEMENCIA

A. Evidencias de un declive cognitivo significativo comparado con el nivel previo de rendimiento en uno o más dominios cognitivos (atención compleja, función ejecutiva, aprendizaje y memoria, lenguaje, habilidad perceptual motora o cognición social) basada en:

  1. Preocupación en el propio individuo, en un informante que le conoce o en el clínico, porque ha habido un declive significativo en una función cognitiva y
  2. Un deterioro sustancial del rendimiento cognitivo, preferentemente documentado por un test neuropsicológico estandarizado o, en su defecto, por otra evaluación clínica cuantitativa.

B. Los déficits cognitivos interfieren con la autonomía del individuo en las actividades cotidianas (es decir, por lo menos necesita asistencia con las actividades instrumentales complejas de la vida diaria, como pagar facturas o cumplir los tratamientos).

C. Los déficits cognitivos no ocurren exclusivamente en el contexto de un síndrome confusional.

D. Los déficits cognitivos no se explican mejor por otro trastorno mental (p. ej., trastorno depresivo mayor, esquizofrenia).

 

Especificar si debido a:

Enfermedad de Alzheimer 

Degeneración del lóbulo frontotemporal 

Enfermedad por cuerpos de Lewy 

Enfermedad vascular 

Traumatismo cerebral 

Consumo de sustancia o medicamento 

Infección por VIH 

Enfermedad por priones

Enfermedad de Parkinson 

Enfermedad de Huntington 

Otra afección médica 

Etiologías múltiples

No especificado

Especificar:

Sin alteración del comportamiento: Si el trastorno cognitivo no va acompañado de ninguna alteración del comportamiento clínicamente significativa.

Con alteración del comportamiento (especificar la alteración):

Si el trastorno cognitivo va acompañado de una alteración del comportamiento clínicamente significativa (p. ej., síntomas psicóticos, alteración del estado de ánimo, agitación, apatía u otros síntomas comportamentales).

 

Especificar la gravedad actual:

Leve: Dificultades con las actividades instrumentales cotidianas (es decir, tareas del hogar, gestión del dinero).

Moderado: Dificultades con las actividades básicas cotidianas (p. ej., comer, vestirse).

Grave: Totalmente dependiente.

Trastorno neurocognitivo leve

Evidencias de un declive cognitivo moderado comparado con el nivel previo de rendimiento en uno o más dominios cognitivos (atención compleja, función ejecutiva, aprendizaje y memoria, lenguaje, habilidad perceptual motora o cognición social) basada en:

  1. Preocupación en el propio individuo, en un informante que le conoce o en el clínico, porque ha habido un declive significativo en una función cognitiva y un deterioro modesto del rendimiento cognitivo, preferentemente documentado por un test neuropsicológico estandarizado o, en su defecto, por otra evaluación clínica cuantitativa.
  2. Un deterioro modesto del rendimiento cognitivo, preferentemente documentado por un test neuropsicológico estandarizado o, en su defecto, por otra evaluación clínica cuantitativa.

B. Los déficits cognitivos no interfieren en la capacidad de independencia en las actividades cotidianas (p. ej., conserva las actividades instrumentales complejas de la vida diaria, como pagar facturas o seguir los tratamientos, pero necesita hacer un mayor esfuerzo, o recurrir a estrategias de compensación o de adaptación).

C. Los déficits cognitivos no ocurren exclusivamente en el contexto de un síndrome confusional.

D. Los déficits cognitivos no se explican mejor por otro trastorno mental (p. ej., trastorno depresivo mayor, esquizofrenia).

 

Especificar si debido a:

Enfermedad de Alzheimer 

Degeneración del lóbulo frontotemporal 

Enfermedad por cuerpos de Lewy 

Enfermedad vascular 

Traumatismo cerebral 

Consumo de sustancia o medicamento 

Infección por VIH 

Enfermedad por priones

Enfermedad de Parkinson 

Enfermedad de Huntington 

Otra afección médica 

Etiologías múltiples

No especificado

Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a la enfermedad de Alzheimer

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. Presenta un inicio insidioso y una progresión gradual del trastorno en uno o más dominios cognitivos (en el trastorno neurocognitivo mayor tienen que estar afectados por lo menos dos dominios).

C. Se cumplen los criterios de la enfermedad de Alzheimer probable o posible, como sigue:

Para el trastorno neurocognitivo mayor: Se diagnostica la enfermedad de Alzheimer probable si aparece algo de lo siguiente; en caso contrario, debe diagnosticarse la enfermedad de Alzheimer posible.

  1. Evidencias de una mutación genética causante de la enfermedad de Alzheimer en los antecedentes familiares o en pruebas genéticas.
  2. Aparecen los tres siguientes: a. Evidencias claras de un declive de la memoria y del aprendizaje, y por lo menos de otro dominio cognitivo (basada en una anamnesis detallada o en pruebas neuropsicológicas seriadas).
    1. b. Declive progresivo, gradual y constante de la capacidad cognitiva sin mesetas prolongadas.
    2. c. Sin evidencias de una etiología mixta (es decir, ausencia de cualquier otra enfermedad neurodegenerativa o cerebrovascular, otra enfermedad neurológica o sistémica, o cualquier otra afección con probabilidades de contribuir al declive cognitivo).

Para un trastorno neurocognitivo leve: Se diagnostica la enfermedad de Alzheimer probable si se detecta una evidencia de mutación genética causante de la enfermedad de Alzheimer mediante una prueba genética o en los antecedentes familiares. Se diagnostica la enfermedad de Alzheimer posible si no se detecta ninguna evidencia de mutación genética causante de la enfermedad de Alzheimer mediante una prueba genética o en los antecedentes familiares.

  1. Evidencias claras de declive de la memoria y el aprendizaje.
  2. Declive progresivo, gradual y constante de la capacidad cognitiva sin mesetas prolongadas.
  3. Sin evidencias de una etiología mixta (es decir, ausencia de cualquier otra enfermedad neurodegenerativa o cerebrovascular, otra enfermedad neurológica o sistémica, o cualquier otra afección con probabilidades de contribuir al declive cognitivo).

D. La alteración no se explica mejor por una enfermedad cerebrovascular, otra enfermedad neurodegenerativa, los efectos de una sustancia o algún otro trastorno mental, neurológico o sistémico.

Trastorno neurocognitivo frontotemporal mayor o leve

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. El trastorno presenta un inicio insidioso y una progresión gradual.

C. Aparece (1) o (2):

  1. Variante de comportamiento:
    1. a. Tres o más de los siguientes síntomas comportamentales:
      1. i. Desinhibición del comportamiento.
      2. ii. Apatía o inercia.
      3. iii. Pérdida de simpatía o empatía.
      4. iv. Comportamiento conservador, estereotipado o compulsivo y ritualista.
      5. v. Hiperoralidad y cambios dietéticos.
    • b. Declive destacado de la cognición social o de las capacidades ejecutivas.
  1. Variante de lenguaje: a. Declive destacado de la habilidad para usar el lenguaje, ya sea en forma de producción del habla, elección de las palabras, denominación de objetos, gramática o comprensión de las palabras.

D. Ausencia relativa de las funciones perceptual motora, de aprendizaje y memoria.

E. La alteración no se explica mejor por una enfermedad cerebrovascular, otra enfermedad neurocognitiva, los efectos de una sustancia o algún otro trastorno mental, neurológico o sistémico.

Se diagnostica un trastorno neurocognitivo frontotemporal probable si aparece algo de lo siguiente; en caso contrario se diagnosticará un trastorno neurocognitivo frontotemporal posible:

  1. Evidencias de una mutación genética causante de un trastorno neurocognitivo frontotemporal, ya sea en los antecedentes familiares o con una prueba genética.
  2. Evidencias de una afección desproporcionada del lóbulo frontal o temporal en el diagnóstico por la imagen neurológica.

Se diagnostica un trastorno neurocognitivo frontotemporal posible si no hay evidencias de una mutación genética y no se ha hecho un diagnóstico por la imagen neurológica.

Nota de codificación: Para un trastorno neurocognitivo mayor probable debido a una degeneración del lóbulo frontotemporal, con alteración del comportamiento, codificar primero 331.19 (G31.09) enfermedad frontotemporal, seguido de 294.11 (F02.81) trastorno neurocognitivo mayor probable debido a una degeneración del lóbulo frontotemporal, con alteración del comportamiento. Para un trastorno neurocognitivo mayor probable debido a una degeneración del lóbulo frontotemporal, sin alteración del comportamiento, codificar primero 331.19 (G31.09) enfermedad frontotemporal, seguido de 294.10 (F02.80) trastorno neurocognitivo mayor probable debido a una degeneración del lóbulo frontotemporal, sin alteración del comportamiento.

Para un trastorno neurocognitivo mayor posible debido a una degeneración del lóbulo frontotemporal, codificar 331.9 (G31.9) trastorno neurocognitivo mayor posible debido a una degeneración del lóbulo frontotemporal. (Nota: No usar un código adicional para la degeneración frontotemporal. La alteración del comportamiento no puede codificarse pero aún así debería indicarse por escrito).

Para un trastorno neurocognitivo leve debido a una degeneración del lóbulo frontotemporal, codificar 331.83 (G31.84). (Nota: No usar un código adicional para la degeneración frontotemporal. La alteración del comportamiento no puede codificarse pero aún así debería indicarse por escrito).

Trastorno neurocognitivo mayor o leve con cuerpos de Lewy

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. El trastorno presenta un inicio insidioso y una progresión gradual.

C. El trastorno cumple una combinación de características diagnósticas esenciales y características diagnósticas sugestivas de un trastorno neurocognitivo probable o posible con cuerpos de Lewy.

Se diagnostica un trastorno neurocognitivo mayor o leve probable, con cuerpos de Lewy cuando el individuo presenta dos características esenciales o una característica sugestiva y una o más características esenciales. Se diagnostica un trastorno neurocognitivo mayor o leve posible, con cuerpos de Lewy cuando el individuo presenta solamente una característica esencial o una o más características sugestivas.

  1. Características diagnósticas esenciales: a. Cognición fluctuante con variaciones pronunciadas de la atención y el estado de alerta. b. Alucinaciones visuales recurrentes bien informadas y detalladas. c. Características espontáneas de parkinsonismo, con inicio posterior a la evolución del declive cognitivo.
  2. Características diagnósticas sugestivas: a. Cumple el criterio de trastorno del comportamiento del sueño REM. b. Sensibilidad neuroléptica grave.

D. La alteración no se explica mejor por una enfermedad cerebrovascular, otra enfermedad neurodegenerativa, los efectos de una sustancia o algún otro trastorno mental, neurológico o sistémico.

Trastorno neurocognitivo vascular mayor o leve

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. La sintomatología clínica es compatible con una etiología vascular como lo sugiere cualquiera de los siguientes criterios:

  1. El inicio de los déficits cognitivos presenta una relación temporal con uno o más episodios de tipo cerebrovascular.
  2. Las evidencias del declive son notables en la atención compleja (incluida la velocidad de procesamiento) y en la función frontal ejecutiva.

C. Existen evidencias de la presencia de una enfermedad cerebrovascular en la anamnesis, en la exploración física o en el diagnóstico por la imagen neurológica, consideradas suficientes para explicar los déficits neurocognitivos.

D. Los síntomas no se explican mejor con otra enfermedad cerebral o trastorno sistémico.

Se diagnostica un trastorno neurocognitivo vascular probable si aparece alguno de los siguientes criterios, pero en caso contrario se diagnosticará un trastorno neurocognitivo vascular posible:

  1. Los criterios clínicos se respaldan con evidencias de diagnóstico por la imagen neurológica en que aparece una lesión parenquimatosa significativa atribuida a una enfermedad cerebrovascular (respaldo de imagen neurológica).
  2. El síndrome neurocognitivo presenta una relación temporal con uno o más episodios cerebrovasculares documentados.
  3. Existen evidencias de enfermedad cerebrovascular, tanto clínicas como genéticas (p. ej., arteriopatía cerebral autosómica dominante con infartos subcorticales y leucoencefalopatía).

Se diagnostica un trastorno neurocognitivo vascular posible si se cumplen los criterios clínicos pero no existe diagnóstico por la imagen neurológica y no se ha establecido una relación temporal entre el síndrome neurocognitivo y uno o más episodios cerebrovasculares.

Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a un traumatismo cerebral

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. Existen evidencias de un traumatismo cerebral, es decir impacto en la cabeza o algún otro mecanismo de movimiento rápido o desplazamiento del cerebro dentro del cráneo, con uno o más de los siguientes:

  1. Pérdida de consciencia.
  2. Amnesia postraumática.
  3. Desorientación y confusión.
  4. Signos neurológicos (p. ej., diagnóstico por la imagen neurológica que demuestra la lesión, convulsiones de nueva aparición, marcado empeoramiento de un trastorno convulsivo preexistente, reducción de los campos visuales, anosmia, hemiparesia).

C. El trastorno neurocognitivo se presenta inmediatamente después de producirse un traumatismo cerebral o inmediatamente después de recuperar la consciencia y persiste pasado el periodo agudo postraumático.

Trastorno neurocognitivo mayor o leve inducido por sustancias/medicamentos

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. El deterioro neurocognitivo no sucede exclusivamente en el transcurso de un síndrome confusional y persiste más allá de la duración habitual de la intoxicación y la abstinencia agudas.

C. La sustancia o medicamento involucrados, así como la duración y la magnitud de su consumo, son capaces de producir el deterioro neurocognitivo.

D. El curso temporal de los déficits neurocognitivos es compatible con el calendario de consumo y abstinencia de la sustancia o medicación (es decir, los déficits se mantienen estables o mejoran tras un periodo de abstinencia).

E. El trastorno neurocognitivo no puede atribuirse a ninguna otra afección médica y no puede explicarse mejor por otro trastorno mental.

Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a infección por VIH

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. Existe una infección documentada con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH).

C. El trastorno neurocognitivo no se explica mejor por otra afección distinta de un VIH, incluidas enfermedades cerebrales secundarias como una leucoencefalopatía multifocal progresiva o una meningitis criptocócica.

D. El trastorno neurocognitivo no puede atribuirse a ninguna otra afección médica ni puede explicarse mejor por otro trastorno mental.

Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a enfermedad por priones

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. Es habitual que el trastorno presente un inicio insidioso y una progresión rápida.

C. Existen características motoras de una enfermedad por priones, como mioclonos o ataxia, o evidencias del biomarcador.

D. El trastorno neurocognitivo no puede atribuirse a ninguna otra afección médica ni puede explicarse mejor por otro trastorno mental.

Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a la enfermedad de Parkinson

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. El trastorno aparece en el transcurso de la enfermedad de Parkinson establecida.

C. El trastorno presenta un inicio insidioso y una progresión rápida.

D. El trastorno neurocognitivo no puede atribuirse a ninguna otra afección médica ni puede explicarse mejor por otro trastorno mental.

Se debe diagnosticar un trastorno neurocognitivo mayor o leve probablemente debido la enfermedad de Parkinson si se cumplen los criterios 1 y 2. Se debe diagnosticar un trastorno neurocognitivo mayor o leve posiblemente debido la enfermedad de Parkinson si solo se cumple el criterio 1 o 2:

  1. Sin evidencias de una etiología mixta (es decir, ausencia de cualquier otra enfermedad neurodegenerativa o cerebrovascular, otra enfermedad neurológica, mental o sistémica, o cualquier otra afección con probabilidades de contribuir al declive cognitivo).
  2. La enfermedad de Parkinson precede claramente al inicio del trastorno neurocognitivo.

Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a la enfermedad de Huntington

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. Se observa un inicio insidioso y una progresión gradual.

C. Existe enfermedad de Huntington clínicamente establecida o existe riesgo de la misma en función de los antecedentes familiares o las pruebas genéticas.

D. El trastorno neurocognitivo no puede atribuirse a ninguna otra afección médica ni puede explicarse mejor por otro trastorno mental.

Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a otra afección médica

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. En la anamnesis, la exploración física o los análisis clínicos existen pruebas de que el trastorno neurocognitivo es la consecuencia fisiopatológica de otra afección médica.

C. Los déficits cognitivos no se explican mejor con otra afección mental ni otro trastorno neurocognitivo específico (p. ej., enfermedad de Alzheimer, infección por VIH).

Trastorno neurocognitivo mayor o leve debido a etiologías múltiples

A. Se cumplen los criterios de un trastorno neurocognitivo mayor o leve.

B. En la anamnesis, la exploración física o los análisis clínicos existen pruebas de que el trastorno neurocognitivo es la consecuencia fisiopatológica de más de un factor etiológico, excluidas sustancias (p. ej., trastorno neurocognitivo debido a la enfermedad de Alzheimer con posterior aparición de un trastorno neurocognitivo vascular).

Nota: Consultar los criterios diagnósticos de los distintos trastornos neurocognitivos debidos a las afecciones médicas concretas, donde hallará las directrices para establecer las etiologías correspondientes.

C. Los déficits cognitivos no se explican mejor con otro trastorno mental ni aparecen exclusivamente durante el curso de un síndrome confusional.

Trastorno neurocognitivo no especificado

Esta categoría se aplica a presentaciones en las que predominan los síntomas característicos de un trastorno neurocognitivo que causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento, pero que no cumplen todos los criterios de ninguno de los trastornos de la categoría diagnóstica de los trastornos neurocognitivos. La categoría del trastorno neurocognitivo no especificado se utiliza en situaciones en las que no puede determinarse la etiología concreta con la certeza suficiente para confirmar una atribución etiológica.

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