Existen múltiples barreras que obstaculizan el derecho a la participación de las personas con problemas de salud mental, como los prejuicios, la discriminación, las etiquetas, el paternalismo, la falta de información y formación, el tradicionalismo o el escepticismo.
El hecho de poder participar en la toma de decisiones ofrece multitud de ventajas tanto desde la perspectiva de derechos como la recuperación. Para la Organización Mundial de la Salud “en el contexto de la salud mental, el empoderamiento se refiere al nivel de elección, influencia y control que las personas con Enfermedad Mental ejercen en las situaciones que acontecen en sus vidas”.
Es tan importante facilitar que las personas con problemas de salud mental tomen las riendas y encabecen las iniciativas, propuestas y acciones que se lleven a cabo en todos los aspectos relacionados con su calidad de vida y bienestar.