

Sentir ansiedad o nerviosismo alguna vez forma parte de nuestra vida cotidiana, es señal de que nuestro cuerpo funciona correctamente, por ejemplo ante un examen, un malentendido, una mudanza, o cualquier otra situación que suponga una sobrecarga en nuestra vida.
Sin embargo, en las personas con un trastorno de ansiedad, sus preocupaciones y miedos son excesivos, muchas veces irracionales, los cuales les impiden realizar la vida con normalidad, llegando incluso a tener ataques de pánico repentinos y muchas veces sin saber por qué. Además, pueden experimentar también pensamientos recurrentes e incluso obsesivos que les molestan a lo largo del día.
Por desgracia, este trastorno es cada vez es más frecuente en las personas que llevan una vida social y profesional “acelerada”.
Los síntomas del trastorno de ansiedad son:
- Nerviosismo, sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe.
- Aumento del ritmo cardíaco, respiración acelerada, sudoración, temblores.
- Debilidad o cansancio.
- Problemas de concentración, de sueño o/y gastrointestinales.
- No poder controlar las preocupaciones.
- Evitar las situaciones que nos producen ansiedad.


Existen también varios tipos dentro del trastorno de ansiedad:
- Agorafobia (evitar lugares concretos)
- Trastorno de ansiedad generalizada (preocupación excesiva durante la rutina habitual)
- Trastorno de pánico (episodios repentinos de miedo intenso)
- Mutismo selectivo (incapacidad de hablar en ciertas situaciones)
- Trastorno de ansiedad por separación (de personas con función parental/conyugal)
- Fobia social (rechazo rotundo a situaciones sociales)
- Fobias específicas (cucarachas, alturas…)
- Trastorno de ansiedad no especificado (no cumplen los criterios de otros trastornos)
Si te has sentido identificado con algún tipo de trastorno o con un síntoma en el que te ves frecuentemente desbordado/a, aquí tenemos algunas claves y recursos para intentar solucionarlo.
¡Visita nuestro apartado de recursos y aprende como controlar la ansiedad!