En MentalSalud trabajamos con los adolescentes para abordar las alteraciones de conducta de una manera sencilla y abordando las emociones, su función y su significado, a fin de conseguir una mejor adaptación.
Las emociones no son buenas o malas, son adaptativas.
Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente, que viene acompañada de cambios orgánicos, fisiológicos y endocrinos, de origen innato e influídos por la experiencia.
Cada individuo siente las emociones de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje y carácter. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.
La mayoría de los problemas de conducta van asociados a una emoción, LA IRA y también a la falta de herramientas para saber gestionarla.
La ira es una emoción básica y a la vez una de las más habituales en muchos de nosotros. Normalmente se desencadena cuando nos sentimos atacados, amenazados o frustrados, aunque en ocasiones solo se trate de una interpretación propia o una situación imaginada. Antes de cada reacción de ira ha habido un pensamiento o una forma de interpretar la realidad, aunque no siempre seamos conscientes de ello.
La ira también puede manifestarse como una respuesta aprendida, y tu cerebro se habitúa a reaccionar con enfado o con calma. Algunas veces, nuestro comportamiento también depende de la química, no todo es reacción. Sin embargo, podemos esforzarnos, o por lo menos entrenarnos a responder sin ira, ya que no es una manera eficaz de comunicarnos, con el fin de aprender a dialogar de forma sana y efectiva.
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